jueves, 14 de abril de 2011

L3 (o cómo quitar el polvo a los conocimientos de inglés que me quedan...)

No he tenido que avanzar mucho en la lectura del artículo para encontrar cosas dignas de mención y reflexión. Ya en las primeras líneas menciona los "dog-year" changes. Me parece una denominación original y muy acertada. Al leerlo me he puesto a pensar en mi relación personal con internet y con la tecnología en general. Recuerdo que en el año 2000 yo estaba en mi último año de instituto y había UNA chica en mi clase que tenía dirección de correo electrónico. Yo por entonces ni idea de lo que era eso. Los ordenadores a mi casa llegaron muuuuy tarde, y la conexión a Internet (RDSI por aquel entonces, con tarifa plana sólo desde las 6 de la tarde) se hizo esperar bastante más. Igual de sorprendida me quedé cuando otra amiga me explicó que tenía un teléfono móvil con el que podía escribir mensajes y mandarlos a otro teléfono. Mi primer móvil lo tuve con 18 años, y los niños de hoy en día casi nacen con él debajo del brazo...
En 11 años han cambiado mucho las cosas. No sólo sé de sobra lo que es un correo electrónico, sino que internet y la telefonía móvil se han integrado. En estos 11 años todos hemos tenido que ir aprendiendo muchas cosas, la mayor parte de las veces a marchas forzadas, porque en cuanto aprendes a utilizar algo aparece otra tecnología o aplicación más novedosa que te obliga a continuar con el aprendizaje.
Y qué decir de las cosas que se pasan de moda...Cuando comencé a navegar por internet, lo más in del momento era el Messenger. La gente se cansó pronto del Messenger y se puso de moda el Fotolog. Después del Fotolog vino la fiebre Tuenti, y según la gente se va haciendo mayor "pasa" del Tuenti (porque eso es de adolescentes) para meterse en Facebook.
Cuando pienso en todo lo que he aprendido de internet (de manera autodidacta muchas veces) desde el año 2000 me parece que han pasado muchos más años que 11, pero no es así.
Esto me lleva a otro punto que comenta el artículo: las diferencias generacionales. Creo que ese es uno de los mayores retos de los bibliotecarios hoy en día, el hacer que, en un mundo cada vez más tecnológico, en el que los ordenadores son más necesarios cada día para realizar cualquier tipo de gestión, la información sea accesible para todos sin importar la edad. Las diferencias de edad conllevan diferente relación con la tecnología, y ahí es donde los bibliotecarios podrían tener un papel muy importante como formadores en el uso de nuevas tecnologías a disposición de los usuarios.
El papel del bibliotecario tradicional tiene que cambiar (de hecho ya está cambiando), surgirán nuevas tareas a las que hacer frente y nuevas responsabilidades de las que ocuparse. El entorno cambiante en que desarrollan hoy en día su trabajo (como menciona el artículo) hace que tengan que idear de manera continuada nuevas estrategias para no quedarse atrás. Creo que es muy importante que no se estanquen, que no tenga miedo a los cambios ni se muestren indiferentes, que no esperen "a verlas venir". Aquella bilbioteca que sepa adaptarse a los nuevos tiempos, "justificar" (por decirlo de alguna manera) su existencia y hacer ver a los usuarios la ayuda que pueden prestar en este nuevo entorno 2.0, será la que mejor consiga desenvolverse en este mundo de cambios continuos.

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo, pero sin irnos tampoco al extremo contrario.

    Sobre todo en bibliotecas públicas, nos podemos encontrar con más usuarios de los que pensamos, sobre todo entre las personas más mayores, que no es que no usen redes sociales o Internet, es que algunos no saben ni hacer barrido de canales en una TV nueva. Y es muy importante que, a la vez que atraemos a los usuarios que están más familiarizados con las nuevas tecnologías, no perdamos tampoco a estos.

    De ahí la importancia de definir muy bien los distintos perfiles de usuarios que podemos tener, y de elaborar estrategias de comunicación diferenciadas para cada uno de ellos.

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